Relatos eróticos1 Mi inicio Ana - Relatos Eróticos

Relatos eróticos1 Mi inicio Ana

Buenas noches, me presento me llamaré Soli para ocultar mi verdadero nombre, soy muy joven y al no querer seguir estudiando mi papá me obligó a que lo ayude hasta que consiga un trabajo propio.

Tengo 18 años de edad, con 1.70 de altura, soy de raza negra y de buen físico por qué práctico todo tipo de deportes en mis ratos libres.

Trabajamos  de jardineros en diversas casas en la mejor zona de la capital y después de estar un año de ayudante, un patrón le preguntó a mi papá si yo no quería trabajar de ayudante en su almacén.

Al decirle que si, le preguntó mi papá las condiciones, diciéndole el señor que sería de 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde de lunes a viernes con una hora de refrigerio ganando el sueldo mínimo pagado por quincena y tendría qué pasar por 3 meses de prueba para considerarme " Estable ".

Acordando empezar desde el lunes, me fuí a cortar el pelo, arreglar mi ropa y comprar mi lonchera.

El lunes me despidió mi madre con la dirección, mi lonchera, mi beso y su bendición.

Llegando puntual el señor me recibió enseñándome el almacén que estaba lleno de mercadería diversa, me dió una lista de productos para que cargue de acuerdo a un orden en una camioneta grande.

El señor apareció en el momento que terminaba y cerrando el almacén me  dijo que suba a la camioneta y partimos.

En el camino me explicó que iríamos a algunos puntos y bajaría los productos de acuerdo a una guía y así lo hicimos hasta las 3 en qué regresamos y almorzamos sólo ...

... los dos por no haber más trabajadores.

Terminando el señor se fué a su oficina mientras yo bajaba los productos no entregados, colocándolos en forma ordenada en su bloque para después lavar la camioneta por fuera y por dentro.

El señor regresó con una nueva lista y volviendo a cargar la camioneta me despedí hasta el día siguiente.

Durante ésta semana mis padres estaban felices, lo mismo que el señor y yo también y por éso el viernes a la hora de salida trajo unas cervezas que tomamos siendo confidentes de algunos de nuestros secretos.

Conforme pasaba el tiempo veía comportamientos raros en el señor, pegandose mucho a mi y los días viernes era mucho más evidente.

En el cuarto viernes me invitó que vaya el sábado que habría un partido de futbol entre sus clientes y algunos vecinos.
Terminamos y bañándonos el señor me dijo sonriendo      " Cómo quisiera tener algo así entre mis piernas " mirando mi verga que de tamaño era del doble de la de él.

Desde ése momento sus preguntas eran más íntimas cómo su conversación y yo nervioso por no saber cómo actuar le dije a mi mamá quien me respondió que hay hombres raros, pero que le siga la corriente en todo, lo único que no aceptarás será  que te quiera meter su verga. Sabes que estamos felices con tu trabajo y la ayuda qué nos das con tu sueldo nos sirve mucho y a tus hermanos también.

Llegó el 6to viernes en que mareado me pidió por favor acariciar mi verga y yo se lo permiti.
Era cómo un niño desesperado con su ...