1. LA NENA TAMBIÉN QUIERE ESTUDIAR


    Fecha: 18/04/2024, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... quiere.
    -Sólo insisto que estudiés, quiero que hagás el segundo año con todos tus amigas y compañeros. Quiero corregir la boludez de tu padre… - De cualquier manera, la tengo que convencer.
    -Yo te quería decir que te quiero mucho, y me importa mucho hacer lo que querés, es muy importante para mí, pero también quiero seguir disfrutando del amor, de nuestro amor, como hacíamos en el pueblo. ¡No me puedo olvidar de esas siestitas!
    -Tesoro, yo también quiero estar con vos en todo momento. Ahora tenemos muchas más oportunidades, no solamente luego de almorzar…, pero tenés que estudiar para los exámenes. ¡Cuando apruebes…, disfrutaremos hasta morir! Bueno…, yo por lo menos… ¡Vos tenés un aguante maravilloso! 
    -Pero vos me lo negás. Quiero estar con vos, quiero besarte, acariciarte, tenerte entre mis piernas, tenerte adentro en todo momento, en todos los agujeros, como lo hacíamos, cuando me la chupabas como me gusta, y yo te mamaba sintiendo en mi boca la maravillosa carne de tu pija…, y me llenabas de lechita… ¡Era tan feliz! ¡Y ahora me rechazás! 
    -No, no, mi amor, no te rechazo. ¡No quiero qué por gozar, dejés de estudiar! ¿Te crees que a mí no me gusta hacerte todo eso? Pero si lo hacemos en todo momento no vas a estudiar, y no vas a poder dar los exámenes. ¡Te quiero tanto!
    -¡Yo también papito! ¡Juguemos un poquito, sólo un poquito…! ¡Tengo tantas ganas! - Me agarró una mano y me llevó hacia el dormitorio. ¡No me negué! - Un poquito a la siesta… ¡Después estudio! ¡Te ...
    ... juro!
    La alcé. La apreté contra mí, tomándola de los glúteos. Ella me rodeó con sus piernas. ¡Ya la sentía sobre mi tronco, absolutamente al palo! 
    -¡Lo que quieras! – Imposible negarme…
    La desnudé mientras la besaba y acosté. Ofelia abrió y recogió sus piernas. Mi boca, como siempre, fue directo a su conchita. Chupar, lamer, besar, morder, todo eso, esperando el placer de sus flujos,
    -Sí, sí, sí papito. ¡Así! ¡Ay Dios! ¡Cuántas ganas! - Y me descargó toda la exquisitez de su conchita…
    Ofelia movía sus caderas. La concha recorría mi cara. Lamí y mordisqueé el clítoris, con todas las ganas acumuladas, aunque sea solamente medio día que no cogíamos… 
    Ella lo merecía, siempre tan dispuesta, desde el primer momento que se cruzaron nuestras miradas, en la ferretería. Siempre… ¡absolutamente caliente! Ahora, seis meses más tarde, sólo trataba de satisfacer a mi amada Ofelia, que gemía, respiraba y suspiraba, tan lujuriosamente, con tanto placer. ¡También quiero satisfacer mi calentura! Apreté su botoncito, tan durito y expuesto como un dedo meñique, y tiré. Llegó a un nuevo orgasmo. Ella seguía gozando tanto como yo. La tomé de los carnosos jamones, para acercarla más a mi boca, bien pegada, como una sola carne. Llegué con mis labios al asterisco del culo. Mi lengua se estiró anhelante hacia su interior. Es propicio, su dilatación siempre adecuada al placer. El aullido vino inmediato…
    -¡Ay! ¡Síííí! ¡Qué rico papito! ¡Cómo me hacés gozar! ¡Métemela por favor! ¡Toda adentro! ...
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