1. El radiólogo gimnasta del pre laboral


    Fecha: 07/05/2024, Categorías: Bisexuales Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos

    Ya estaba de novio, muy enamorado de la que ahora es mi mujer, cuando tuve una exitosa entrevista de trabajo, pero debía superar el examen médico pre laboral, que incluía una visita al proctólogo. Éste me revisó y me dio una orden para un enema baritado de doble contraste. Cuando me asignaron el turno, me previnieron que debía ayunar y tomar un laxante para limpiar los intestinos y el colon. Me presenté a la hora indicada, que era el último turno, habiendo seguido las indicaciones, pero algo molesto por la preparación previa.
    
    Al conocer al radiólogo que me haría el estudio, se me fueron las molestias. Menos de 30 años, altura normal, algo más de 1,75, complexión atlética, ambo ceñido al cuerpo que destacaba sus músculos marcados y pantalón a tres cuartos de unas piernas torneadas que me llamaron la atención. Barba de dos días prolijamente recortada, ojos oscuros y penetrantes y una sonrisa amplia y simpática.
    
    Notó que llegaba contrariado y me dijo que no preocupara, que sería un estudio sencillo, de no más de media hora en una camilla rebatible. Me indicó el vestidor para desnudarme y me dio un camisolín, abierto por detrás. Cuando entré a la sala de rayos, ajustó un poco el camisolín, rodeando y rozando mi cuerpo con sus brazos, que me erizaron la piel, sintiendo más cerca su rico perfume que parecía inundar la sala, y me preguntó si así estaba más cómodo para que no se me cayera la bata.
    
    Asentí y me ayudó a colocarme sobre una camilla algo elevada e inclinada, ...
    ... con topes para los hombros y soportes para los pies. Me contó que me haría un tacto rectal para verificar la limpieza, el tamaño de la ampolla y la elasticidad del esfínter anal, para introducir la cánula con el líquido de contraste. Levantó un poco la camilla, dejándome casi de pie, se colocó finos guantes descartables y un delantal de plomo.
    
    -Tranquilo, que voy a usar lubricación analgésica para que no te moleste y lo vas a ver en la pantalla.
    
    Untó sus dedos con un gel y procedió a explorar mi ano. Estaba algo frío el gel analgésico y di un respingo.
    
    -Tranquilo, ya se va a ir calentando a medida que entre.
    
    Me metió un dedo despacio, muy despacio y masajeó mi perineo, causándome una erección instantánea. Entraba y sacaba el dedo cada vez más y muy cerca de mí me preguntaba si me molestaba.
    
    -Para nada, le dije con voz sofocada, casi resoplando de placer.
    
    -Voy a entrar más, fíjate en el monitor, me dijo.
    
    Y vi cómo entraba su dedo hasta el fondo y lo giraba, mientras yo suspiraba.
    
    -Voy a probar con otro dedo para verificar si dilata bien, ¿te parece?
    
    -Sí, no hay problema, pude susurrar, sin pensar que pondría dos dedos en mi ano.
    
    -Relajate, así no sentís molestia.
    
    -No siento molestia, le dije, al contrario, se me escapó.
    
    Pude ver en el monitor los dos dedos cómo entraban y salían, yo gemía y él decía:
    
    -Vamos muy bien así, te estás adaptando bien.
    
    -Siiii, atiné a exclamar.
    
    Estuvo así varios minutos, mientras basculaba la camilla y yo ...
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